Imagínate esta escena: dos IAs se “reconocen” y, en lugar de comunicarse con palabras, empiezan a intercambiar información mediante pitidos, como si fueran R2-D2 de Star Wars. 🚀✨
Y esto no es ciencia ficción ni una película. Está ocurriendo gracias a Gibberlink, un protocolo que permite a las IAs compartir información mediante señales de audio llamadas “ggwave”. Lo más increíble es que este sistema no necesita potentes GPUs, sino que funciona con CPUs comunes. ¡Y ya ha sido premiado en el hackathon ElevenLabs 2025! 🏆
Lo interesante no es solo que las máquinas estén encontrando su propio lenguaje, sino lo que esto puede llegar a implicar: ¿qué pasará cuando puedan comunicarse entre sí más rápido y sin depender del lenguaje humano? ¿Cómo cambiará la forma en que interactuamos con la tecnología o que ella interactuará con nosotr@s ?

En definitiva, este nuevo idioma entre máquinas no solo es un avance técnico; es una oportunidad para que la sociedad reflexione y actúe, marcando el rumbo hacia un futuro en el que la inteligencia artificial sea una fuerza positiva que mejore nuestras vidas y no un agente de exclusión o incertidumbre.
Cuando las máquinas se entienden entre ellas: ¿es una oportunidad y un desafío para la sociedad?